La cerámica se ha utilizado desde hace más de 6 mil años debido a que es un material de origen natural, seguro, duradero, versátil y económico. Los bloques y ladrillos de cerámica son parte fundamental de nuestra cotidianeidad, ya que forman parte de los espacios en donde habitamos, trabajamos y vivimos. Con los productos cerámicos se crean soluciones integrales que cumplen las exigencias del CTE tales como la acústica, térmica y resistencia al fuego. Estas características, ayudan “a construir edificios de calidad, eficientes, sostenibles y que aportan confort en el interior a los usuarios.” (Hispalyt)
El hormigón es un material que se ha utilizado para la construcción desde finales del siglo XIX. Estos bloques y ladrillos están compuestos de una mezcla de arena, grava y agua que se mezcla con cemento. El proceso de fabricación es rápido, por lo que ha tenido gran éxito en la construcción. Sin embargo, no tienen tanta eficiencia y rendimiento como los productos cerámicos.
En la construcción, uno de los aspectos más valorados en un cerramiento de fachada es su comportamiento térmico – transmitancia térmica (U) la cual depende de la resistencia térmica (R) de sus componentes. La resistencia térmica de los ladrillos y bloques cerámicos es mayor, ya que precisan menos espesor de aislante térmico para cumplir las exigencias del CTE, como se muestra en la siguiente tabla:
Con esta información, podemos ver que las fachadas cerámicas precisan un menor espesor de aislante térmico, por lo que son soluciones más eficientes y económicas.
Las soluciones cerámicas equilibran los aspectos medioambientales, sociales y económicos siendo fundamentales para que un producto sea sostenible. Además, los ladrillos y bloques cerámicos cuentan con una Declaración Ambiental de Producto (DAP) la cual proporciona información sobre el uso de recursos asociado con su ciclo de vida, “tanto las entradas (energía, materias primas y agua), como las salidas (emisiones ambientales al aire, agua y suelo).” (Hispalyt) Por ejemplo, si se desea construir una casa de 36 metros cuadrados construida con bloques de hormigón tendrá una emisión de CO2 de 6 toneladas; en cambio, una casa construida con ladrillos emitiría únicamente 2 toneladas.
Los ladrillos y bloques cerámicos tienen todos los ensayos, cálculos y certificados necesarios para su buena caracterización en sus Declaraciones de Prestaciones y en el CTE. Por el contrario, los de hormigón no cuentan con los ensayos suficientes y son poco rigurosos, en algunos casos.
En cuanto a economía, “las fachadas y paredes interiores con ladrillos y bloques cerámicos son más económicas por las siguientes razones:
- Montaje más rápido, ya que la cerámica, más ligera, admite la fabricación de piezas de formatos mayores.
- Mejor rendimiento de la mano de obra, debido al menor peso de las piezas.
- Menos consumo de mortero.
- Menor coste de las piezas cerámicas frente a las de hormigón equivalentes. “(Hispalyt)
Otro punto fundamental es la resistencia al fuego. Las soluciones cerámicas son las que mejor protegen a los usuarios en caso de incendio; mientras que las paredes de hormigón presentan dificultad para acreditar las prestaciones de resistencia al fuego.
Tomando en cuenta los puntos anteriores, los ladrillos y los bloques cerámicos son más eficientes que los de hormigón por sus características térmicas, sostenibles, costos, rendimiento y resistencia al fuego.
Para mayor información, puede descargarse el folleto “Ladrillos y Bloques Cerámicos para revestir. Soluciones que cumplen” de Hispalyt.
